Crónicas Comiqueras: Kenny Ruiz y Quino firman en Fnac Callao

Sigamos pues con las Crónicas Comiqueras... me toca ahora hablar de la cita que tuvimos el viernes10, también en Fnac Callao. En esta ocasión se dieron cita varios artistas, pero como hay bastantes de los que hablar, dividiremos la crónica del viernes en tres entradas... (si es que menuda semanita...)

El primer autor con el que me tope cuando descorrieron aquellas oscuras cortinas del Forum de la Fnac fue ni más ni menos que el genio, el tremendo, el todopoderoso... (parezco José Luis Moreno, oiga...) QUINO. Si señores, cargar con el tomo de Todo Mafalda de cinco kilos de peso durante todo el día mereció la pena, pues ahora dicho tomo cuenta con la firma de primer dibujante de comics que me enamoró... Podría decirse que todo empezó ahí, partiendo de ese ácido humor argentino que ha ido  marcando mis gustos a lo largo de mi vida. Dejémoslo aquí pues si me pongo ha divagar sobre Mafalda, Felipe, Manolito y todo el definitivo humor de Quino, podrían darme las 3 de la mañana.

A quien si que le debo una entrada como díos manda es a Kenny Ruiz. Pasaré por alto lo majete que es, lo cercano y divertido que resulta siempre que nos vemos, porque me quiero concentrar en lo magistral de su obra. Ya cuando me leí El Cazador de Rayos me quede anonada por leer un comic sobre un tema tan trillado como el retrato apocalíptico de un futuro no muy lejano que me resultará tan nuevo, tan lleno de matices y tan cargado de sensaciones extremas... Un cómic a color pero oscuro y deprimente que en contadas ocasiones te muestra algún trazo de esperanza. Uno de los mejores comics que he leído.

Luego le llegó el turno a Barcelona, una historia sencilla, corta, fácil, incluso. Un polo opuesto a su obra inicial y que marca la tendecnia ecléctica de un autor polivalente que no tiene miedo a tocar todos los palos.

Ahora, Kenny se encuentra en plena promoción de su siguiente tebeo, Dos Espadas. Toca cambio de formato, pues las chicas de Studio Kôsen (de quienes ya os hablaré) le han dado la oportunidad de publicar en rollo manga. Por tanto, leer una historia sobre espadachines casi castizos, con abundantes toques de humor pero unas maneras que apuntan a que no todo es lo que parece y a que la historia va a ir creciendo paulatinamente, en formato manga es, como poco, interesante. Nuevamente, Kenny experimenta en otras dimensiones, pero siempre fiel a su forma de narrar las cosas. En Dos Espadas, nos encontramos con Cira, un personaje valiente, fuerte y bastante pícaro que enamora a la primera lectura. Otros personajes secundarios marcarán el ritmo de una historia que puede llegar a ser seria y oscura, pero que de momento se presenta luminosa y gracil. Estoy deseando leer la continuación. (Kenny, a tope con los gemelos, ¿vale?).










De propinilla nos llevamos dibujos a casa. Para quien lo quiera saber, empieza a no verse el color de la pared de nuestro estudio.